martes, 22 de marzo de 2016

VÍDEO SELECCIONADO: "AGUA, EL PRECIO A PAGAR"

A veces sentimos que lo que hacemos
 es tan solo una gota en el mar, 
pero el mar sería mucho menos
si le faltara una gota

Madre Teresa de Calcuta


  Esta vez nos ha tocado reflexionar sobre el precio del agua; obviamente, no hablo del valor de la misma, pues, como ya sabemos, es un bien muy preciado. Me refiero al coste económico que supone su consumo. En el vídeo aparecen algunas poblaciones de Oriente Medio que, a causa de la carestía de este recurso, se ven obligadas a recurrir a métodos ilícitos de extracción de agua, o bien tienen que comprarla a precios exorbitantes, por lo que, actos diarios que concebimos como esenciales en nuestras vidas (ducharnos, cepillarnos los dientes, cocinar e incluso comer y beber), se convierten, en algunos países, en un lujo al alcance de muy pocos. Asimismo, es sorprendente ver cómo existen personas dedicadas a la búsqueda del agua (algo que ya hemos visto en capítulos anteriores), tarea bastante complicada en algunos casos,  y que se encargan de trasladarla a las zonas urbanas y poblados a fin de abastecer a sus habitantes. Se trata de un oficio que a día de hoy nos resulta poco común, pero que se ha convertido en una parte fundamental para la supervivencia en estas zonas. Los comerciantes de agua llegan a subsistir con el salario que reciben de sus conciudadanos, quienes están dispuestos a ahorrar toda una semana para tener los suministros necesarios. Esto ha hecho que el agua adquiera un coste económico que ya se está aplicando en países más desarrollados, como Gran Bretaña. Pero, ¿quién no es consciente actualmente de que el agua se paga a precio de oro? ¿Nos fijamos en las facturas que pagamos?

Pinchad sobre el siguiente enlace y comprobaréis el precio del agua en los diversos países europeos, junto con algunos datos que os pueden interesar al respecto:


Todo esto reabre el debate de si es conveniente ponerle un precio al agua para controlar el gasto y contribuir con ello a que la sociedad sea más consciente de la necesidad de ahorrarla y conservarla, o bien considerar que lo más justo, dadas las desigualdades sociales existentes, sería redistribuirla equitativamente y de manera gratuita, pues se trata de un bien que pertenece única y exclusivamente a la comunidad. En este último caso, la educación, como ya comentábamos en la entrada anterior, juega un papel indiscutible, ya que hablamos de transmitir un buen uso del agua a la sociedad, y para ello es necesario enseñar estos principios tanto desde la institución familiar, como desde el ámbito escolar, desde la infancia, y de unas generaciones a otras.

Desde mi punto de vista, poner un precio al agua supone el enriquecimiento de unos pocos frente a los más desfavorecidos. Si queremos acabar con las desigualdades sociales, no podemos llevar a cabo medidas que no favorecen esa integración social, porque sencillamente estaremos justificando ese sistema. La privatización del agua a manos de unas cuantas empresas encarecería la vida de las personas y su supervivencia se haría más difícil. El agua es un bien de todos, es patrimonio de todos, y como tal debemos reflejarlo en su propia distribución y reparto. Una vez más, la responsabilidad y la ética de los gobiernos deben actuar para evitar injusticias de este tipo.





1 comentario:

  1. Dejo en este comentario una visión general de lo que has escrito sobre el agua. Está genial. Espero que además de los valores que ya tienes (que son mucho y buenos) con estos vídeos además hayas aprendido a valorar más y mejor uno de los bienes más importantes de esta nuestra Tierra, el AGUA.
    Además y GRATIS, una de zahories.
    Dejo la nota en Edmodo. Gracias

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