jueves, 19 de noviembre de 2015

LA SAL DE LA EXISTENCIA.

¡Bienvenidos, mis queridos blogeros, a este espacio de descubrimientos y diversión! 

Hoy quiero que os mostréis especialmente "salerosos" en este breve espacio que nos ocupa...Bueno, sin llegar a tanto como esto, por favor. Centrémonos, ¿de acuerdo? Un poco de seriedad se agradece. Ejjjem...



Ejjjem... Como os iba diciendo, hoy vamos a dedicar unas líneas a hablar sobre la sal, esa sustancia blanca, cristalina, considerada "el oro blanco" de la Antigüedad, según Julio Martínez Maganto en su estudio El mediterráneo: la cultura del mar y la sal, documento al que podréis acceder a través de la siguiente página:


Esta sustancia, nutriente esencial para el organismo, presente en el mar y en nuestras lágrimas, es definida por Cicerón como "la sal de la amistad". Fueron muchas las civilizaciones que la emplearon como conservante (nuestras abuelas conocieron muy bien su uso). Incluso si rastreamos en algunas palabras y expresiones de nuestra lengua, descubrimos vocablos como "salario", es decir, la remuneración por nuestro trabajo, si bien en su origen se refería a las cantidades de sal que eran asignadas a las tropas. A lo largo de la historia, han sido muchas las técnicas utilizadas para su extracción, y la industria de salazón sigue ocupando, a día de hoy, un lugar muy importante en los mercados de todo el mundo. 

Ahora bien, ¿cómo podemos obtener la sal que empleamos diariamente en nuestra cocina, por ejemplo? Hay tres formas principales de hacerlo. Las podéis encontrar de forma más detallada pinchando sobre el siguiente enlace:


Nosotros las resumiremos a continuación:

1. Una de las técnicas más conocidas para obtenerla es a partir del AGUA DE MAR, fuente inagotable de sal. Cada litro de agua de mar puede tener, aproximadamente, 30 gramos de sal .Siguiendo este cálculo, podemos afirmar, que, en nuestro planeta, podríamos llegar a tener unos 47. 000 billones de toneladas de sal como reservas mundiales a partir del agua del mar. ¿Os imagináis?

                                  
En Hambantota, en la costa sudeste de Ceilán, los indígenas utilizan las manos para recoger sal común, inofensivo compuesto formado por la explosiva unión del corrosivo sodio y del venenoso gas cloro. Aquí la sal se obtiene dejando que el agua del mar se evapore en lagunas marinas.


2. Las SALINAS constituyen también una fuente muy rica de extracción de la sal. Se trata de superficies poco profundas, cercanas al mar. Es precisamente esa escasa profundidad la que permite que, al entrar el agua del mar en estos espacios, ésta se vaya evaporando con el sol y el viento, dejando una serie de sedimentos, que, se va amontonando para que se seque y se refina más tarde a fin de poder ser envasada y distribuida. Así de fácil.


        Salina del manantial de Valle Salado de Añana (España)

3. Los MANANTIALES son, a su vez, centros muy ricos donde podemos extraer la sal. Se conducen mediante acueductos a cuyo paso de van poblando de sal hasta llegar a zonas artificiales de poca profundidad. ¡Un dato importante! Esta forma de extracción no necesita refinación, como en los casos anteriores, debido a la pureza del agua de estas zonas. Una vez realizado el proceso de secado, la sal se envasa y distribuye para su posterior comercialización.



4. ¿Sabías que a través de los MINERALES también podemos extraer la sal? Algunos yacimientos minerales (principalmente, de sal gema o halita) se pulverizan para obtener este nutriente. Una vez pulverizado, se refina antes del envase final. ¿Veis qué sencillo?



Mina de sal en Cardona (Barcelona)


¿Sabías que...?

...países como Polonia, España, China y Estados Unidos son los mayores productores de sal en el mundo? 

Si pincháis sobre la imagen, podréis contemplar mejor el mapa.

     

En nuestro país, tenemos numerosas zonas de extracción de sal. Entre las más importantes se encuentran las SALINAS DEL CABO DE GATA, las de MATA Y TORREVIEJA (Alicante), O LAS DE JANUBIO (Lanzarote).


¿Os habéis preguntado alguna vez qué es la sal yodada?


Se trata de un tipo de sal artificial que contiene todo añadido en forma de sal. El yodo fue añadido a la sal en el año 1924 por los gobiernos debido a la fuerte creciente necesidad de regular los trastornos ocasionados por el déficit de yodo. Un dato curioso: en los años veinte, en Estados Unidos, los grandes lagos y la región del noroeste del Pacífico del país se vio atacada por la enfermedad del bocio (mal funcionamiento de la glándula tiroidea), debido, esencialmente, a que los niveles de yodo del suelo eran muy bajos y las personas no consumían alimentos ricos en este nutriente. De hecho, son muchas las enfermedades que puede generar la carencia de yodo, aparte del bocio (demencia, efectos graves sobre el feto durante la etapa de gestación...). De ahí que la sal yodada se haya convertido desde entonces en un complemento alimenticio y nutritivo básicos.



Así que ya sabéis chicos, una pequeña cantidad de sal yodada puede ayudarnos en nuestra dieta, siempre que nos alimentemos adecuadamente, claro.

Por último, existen determinados minerales, como la silvina, que puede cristalizarse al igual que la sal, y utilizarse como un sucedáneo. Es, al igual que aquélla, una sustancia soluble en agua. Además, el cloruro de potasio, componente principal de la silvina tiene, entre sus usos, aplicaciones científicas y en el procesamiento de alimentos.

                                                 
Bueno chicos, esto es todo por hoy. Continuaremos el siguiente capítulo con un experimento muy interesante sobre la cristalización de la sal. Os dejamos con un vídeo ilustrativo. Espero que os guste. ¡Hasta la vista, blogueros!


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