UN PEQUEÑO RECORRIDO POR NUESTRO LABORATORIO.
¡Saludos blogueros!
Hoy vamos a dedicar un capítulo especial de nuestro rincón científico a realizar un recorrido por algunos de los instrumentos más importantes de nuestro pequeño laboratorio casero. ¿Me acompañáis? ¡Pero cuidado, porque todo este material es muy frágil y debemos saber cómo utilizarlo adecuadamente! ¿Estáis preparados? Tranquilos, os prometo que no aparecerá ningún científico loco...
Ejem...Ejjjjjjemmmm...Bueno ¡Vamos allá!
Como sabéis, el laboratorio es el espacio sagrado de todo científico, y nos proporciona una gran variedad de instrumentos con los que realizar multitud de pruebas, hipótesis, experimentos y conclusiones que nos permitirán descubrir fenómenos de los que muchas veces no somos conscientes. Así de enigmática es la ciencia. Por ahora, nos centraremos en diez de los instrumentos más importantes.
Laboratorio. El Dr. Jekyll y Mr. Hyde. |
1. El Matraz de Erlenmeyer: se trata de uno de frascos de vidrio más utilizados en los laboratorios de Química. Como observaréis, su forma consiste en un vaso cónico de vidrio con base ancha y cuello estrecho. Los hay de diversas capacidades, y suelen llevar unas marcas para saber aproximadamente el volumen del contenido. Fue creado por Richard August Carl Emil Erlenmeyer en 1861. Gracias a su forma troncocónica, se puede evitar la pérdida de líquido por agitación o por evaporación, y su cuello estrecho permite que podamos taparlo con un tapón esmerilado o con algodón hidrófobo. Su función consiste en calentar las sustancias a altas temperaturas.
2. La probeta: su importancia reside en su capacidad para medir volúmenes superiores de forma más rápida que las propias pipetas, aunque, eso sí, con menos precisión que éstas. Está formado por un tubo transparente con una serie de marcas grabadas (desde 0 ml) que indican distintos volúmenes. Está cerrado en la parte inferior, con una base que le sirve de apoyo, mientras que la parte superior está abierta, a fin de que pueda introducirse el líquido que queramos medir. Suelen medir volúmenes de 25 a 50 ml, si bien existen probetas de tamaños muy diversos.¡Incluso algunas pueden llegar a medir un volumen de hasta 2000 ml!
3. El tubo de ensayo: también llamado tubo de prueba. Como podéis observar, consiste en un pequeño tubo de vidrio con una punta abierta (la cual puede incluir una tapa), y la otra cerrada y redondeada, que se emplea en el laboratorio para contener pequeñas muestras líquidas. Debemos tener cuidado y no apuntar con la boca del tubo hacia alguna persona, porque pueden liberarse proyecciones de la muestra.
4. Embudo de decantación: también se denomina embudo de separación, es un recipiente de vidrio con forma cónica con un desagüe inferior cuyo flujo se regula mediante una espita o válvula. La parte superior presenta una embocadura taponable por la que penetra el líquido o sustancia. Su función es la de separar líquidos por densidad y propiedades moleculares. Por ejemplo, si queremos separar el agua del aceite, se puede verter en un embudo de decantación y dejarlo reposar el tiempo suficiente para que aparezca una separación clara de ambas sustancias. Posteriormente, abrimos la espita inferior y se deja escurrir el líquido más denso (en este caso, el agua).
5. La pipeta: es un instrumento volumétrico de vidrio que permite medir cantidades de líquido con bastante precisión. Consiste en un tubo transparente, una de cuyas puntas termina en forma cónica. Tiene una graduación, con una serie de marcas grabadas que indican distintos volúmenes. Es importante tener en cuenta que este material no debe someterse a cambios bruscos ni a altas temperaturas. Normalmente se introduce la pipeta, con la punta cónica hacia abajo, en el recipiente del que vayamos a extraer un volumen determinado de muestra. Después se coloca la pipeta en la punta libre y se hace ascender el líquido; luego sacamos la perita colocando el dedo índice para taponar la punta y evitar así que el líquido descienda. Si tenemos una pipeta graduada y queremos vaciarla, retiramos el dedo y dejamos caer el líquido.
6. El vaso de precipitados: es un simple contenedor de líquidos con forma cilíndrica y base plana. Los hay de muy diversas capacidades y suelen ser de vidrio o de plástico. Al igual que los instrumentos que hemos visto, suele estar graduados, aunque la graduación es normalmente inexacta por la misma naturaleza del instrumento. Su forma regular facilita que pequeñas variaciones en la temperatura pasen desapercibidas en la graduación. Comúnmente se utiliza para transportar líquidos hacia otros recipientes, como una probeta o un tubo de ensayo mediante un embudo.
7. El vidrio de reloj: es una lámina de vidrio de forma circular cóncava-convexa. Se le conoce con este nombre debido a que su forma se parece a la de los antiguos relojes de bolsillo. Su objetivo es la evaporación de líquidos, pesar productos sólidos o como cubierta de los vasos de precipitados.
8. El mechero de Bunsen: nos encontramos ante un instrumento utilizado en los laboratorios para calentar muestras y sustancias químicas. Se trata de un tubo vertical enroscado a un pie metálico para el flujo del gas, regulado mediante una llave colocada sobre la mesa de trabajo. En la parte inferior del tubo existen orificios con un anillo metálico o collarín también horadado. Si ajustamos la posición de estos orificios (es decir, el cuerpo del tubo y el collarín, respectivamente), lograremos regular el flujo de aire que aporta el oxígeno necesario para la combustión que provocará una llama en la boca o parte superior del tubo vertical.
3. El tubo de ensayo: también llamado tubo de prueba. Como podéis observar, consiste en un pequeño tubo de vidrio con una punta abierta (la cual puede incluir una tapa), y la otra cerrada y redondeada, que se emplea en el laboratorio para contener pequeñas muestras líquidas. Debemos tener cuidado y no apuntar con la boca del tubo hacia alguna persona, porque pueden liberarse proyecciones de la muestra.
4. Embudo de decantación: también se denomina embudo de separación, es un recipiente de vidrio con forma cónica con un desagüe inferior cuyo flujo se regula mediante una espita o válvula. La parte superior presenta una embocadura taponable por la que penetra el líquido o sustancia. Su función es la de separar líquidos por densidad y propiedades moleculares. Por ejemplo, si queremos separar el agua del aceite, se puede verter en un embudo de decantación y dejarlo reposar el tiempo suficiente para que aparezca una separación clara de ambas sustancias. Posteriormente, abrimos la espita inferior y se deja escurrir el líquido más denso (en este caso, el agua).
5. La pipeta: es un instrumento volumétrico de vidrio que permite medir cantidades de líquido con bastante precisión. Consiste en un tubo transparente, una de cuyas puntas termina en forma cónica. Tiene una graduación, con una serie de marcas grabadas que indican distintos volúmenes. Es importante tener en cuenta que este material no debe someterse a cambios bruscos ni a altas temperaturas. Normalmente se introduce la pipeta, con la punta cónica hacia abajo, en el recipiente del que vayamos a extraer un volumen determinado de muestra. Después se coloca la pipeta en la punta libre y se hace ascender el líquido; luego sacamos la perita colocando el dedo índice para taponar la punta y evitar así que el líquido descienda. Si tenemos una pipeta graduada y queremos vaciarla, retiramos el dedo y dejamos caer el líquido.
6. El vaso de precipitados: es un simple contenedor de líquidos con forma cilíndrica y base plana. Los hay de muy diversas capacidades y suelen ser de vidrio o de plástico. Al igual que los instrumentos que hemos visto, suele estar graduados, aunque la graduación es normalmente inexacta por la misma naturaleza del instrumento. Su forma regular facilita que pequeñas variaciones en la temperatura pasen desapercibidas en la graduación. Comúnmente se utiliza para transportar líquidos hacia otros recipientes, como una probeta o un tubo de ensayo mediante un embudo.
7. El vidrio de reloj: es una lámina de vidrio de forma circular cóncava-convexa. Se le conoce con este nombre debido a que su forma se parece a la de los antiguos relojes de bolsillo. Su objetivo es la evaporación de líquidos, pesar productos sólidos o como cubierta de los vasos de precipitados.
8. El mechero de Bunsen: nos encontramos ante un instrumento utilizado en los laboratorios para calentar muestras y sustancias químicas. Se trata de un tubo vertical enroscado a un pie metálico para el flujo del gas, regulado mediante una llave colocada sobre la mesa de trabajo. En la parte inferior del tubo existen orificios con un anillo metálico o collarín también horadado. Si ajustamos la posición de estos orificios (es decir, el cuerpo del tubo y el collarín, respectivamente), lograremos regular el flujo de aire que aporta el oxígeno necesario para la combustión que provocará una llama en la boca o parte superior del tubo vertical.
9. El cristalizador: es un recipiente pequeño de vidrio con base ancha cuya función esencial es la de cristalizar las sustancias, aunque también tiene otros usos (como base, como tapa, como contenedor...). La base ancha de este instrumento está diseñada para permitir una mayor evaporación de sustancias.
10. La bureta: es un recipiente graduado de forma alargada y tubular. Incluye una llave de paso en su extremo inferior con el objetivo de regular el líquido que deja salir.
Bueno, esto es todo por hoy, blogueros. Aquí os dejo un vídeo para que repaséis muchos de los instrumentos aquí explicados. Espero que os guste. ¡Hasta la próxima!
10. La bureta: es un recipiente graduado de forma alargada y tubular. Incluye una llave de paso en su extremo inferior con el objetivo de regular el líquido que deja salir.
Bueno, esto es todo por hoy, blogueros. Aquí os dejo un vídeo para que repaséis muchos de los instrumentos aquí explicados. Espero que os guste. ¡Hasta la próxima!
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