sábado, 28 de mayo de 2016

LECHE Y COLA: ¡MEZCLA EXPLOSIVA! EL NUEVO EXPERIMENTO DE LA CASEÍNA.


¡Hola chicos!

 ¿Qué hay? Hoy tengo una misión especial para vosotros. Veréis, mi colega, que acaba de tomarse un pequeño descanso para ir a comprar una cheese burger con doble de mostaza y esas chorradas americanas típicas de las películas de acción, me ha pedido que os limpie un pelín el cerebro de todo el serrín acumulado a lo largo del día, así que mi primera tarea será pediros que miréis fijamente a la luz. Una...dos...tres...y....¡PLAFFF!

¿Qué tal? Ahora pensaréis como verdaderos científicos, y creedme, esto es muy importante para convertiros en auténticos profesionales de la policía secreta , a la que yo pertenezco. ¿Sabéis? Hace poco pesqué a un tipo de lo más excétrinco. Le daba por escalar paredes como una tarántula cachonda. Pues bien, el muy tarado, después de saltar como un antílope desde un balcón de más de noventa pisos, cayó en mitad de la calzada, se acercó a mí, y me entregó un papel baboseado en el que pude leer, en clave alienígena (que aquí no explicaré, pues esa asignatura la imparte un colega del Departamento de lenguas alienígenas y terrícolas, que es un muermo) el siguiente mensaje:

" LA CASEÍNA. EL NUEVO EXPERIMENTO SECRETO DE LOS BOOGIE-BOO PARA ACABAR CON LA NUEVA ESPECIE DE LOS PLUTONES"

¡La leche! ¿Es que estos retardados de los alienígenas no pueden presentarse amablemente, como los terrícolas? ¡Por supuesto que no! Ellos tienen que lanzarse desde los tejados de Nueva York para llamar la atención y decir "¡Ehhh! Mirad, soy un apestoso extraterrestre y vengo a devorar vuestros lindos traseros terrícolas"! Y ya no hablemos de utilizar las puertas, porque entran como Pedro por su casa, por la ventana, a través del aire acondicionado, se meten en la tele y captan tus señales, controlan la vitrocerámica, el microondas...

Bueno, iré al grano: resulta que el Departamento de Investigaciones Alienígenas citó a este tipo porque, al parecer, había descubierto el modo de exterminar a una de las especies alienígenas más destructivas e invasivas de nuestro planeta: los Plutones. Pues bien, los Boogie-boo mostraron su interés en colaborar con la policía científica para acabar con ellos de un plumazo (ambas especies quieren dominar la faz de la Tierra, así que nada les interesa más que quitarse de en medio a uno de sus vecinos molestos). El caso es que se pusieron en contacto con nosotros para facilitarnos información sobre los Plutones, esas asquerosas cucarachas que todo lo comen, hasta un humano entero, sin masticar y digerir. Yo una vez estuve dentro y...Bueno, me ahorro esta parte, ¿os parece?

La razón por la que hoy acepté venir aquí es porque necesito vuestra ayuda para que podamos fabricar entre todos la cantidad de caseína suficiente como para matar a ese ejército de cucarachas extraterrestres. Además, no tenéis otra opción, ya que, desde donde yo vengo (año 2090), los alienígenas querrán invadir nuestro planeta utilizando diversas estrategias (las armas químicas y biológicas pasaron a la historia).

Nuestro trabajo, queridos investigadores científicos, será seguir las instrucciones que voy a explicar a continuación. ¿Alguna pregunta?
Y quien la tenga, que cierre el pico y espere hasta el final, no quiero aguafiestas en este experimento. Recordad que el futuro de la especie humana está en peligro de extinción. Todo depende de vuestra ayuda. Si por casualidad alguien piensa en abortar la misión, les ruego que muevan sus preciosos traseros y salgan directamente por la puerta. No queremos a cobardes gallinas y desertores en este laboratorio.

Atended y escuchad las siguientes órdenes:

Para realizar este experimento necesitaremos una lata de Coca-Cola un cartón de leche y un vaso, a ser posible, de caña. Buscad en vuestras neveras, y sobre todo, y muy importante, no bebáis, bajo ningún concepto. Alejad la gula y acallad vuestros estómagos por una vez en vuestras miserables vidas.




A continuación, verted la lata de Coca-Cola en el vaso y llenadlo un poquito más de la mitad. Después, agregad medio vaso de leche.







Para terminar, dejamos reposar ambos líquidos y esperaremos unas cuatro horas, aproximadamente. Una vez transcurrido ese tiempo, veremos cómo en la base del recipiente se ha formado un poso de color marrón esponjoso, parecido al café con leche. Ésa es la caseína, una proteína propia de la leche que, al entrar en contacto con el ácido de la Coca-Cola, produce esa reacción. Puede suceder, como en nuestro laboratorio del Departamento, que dicha reacción tenga lugar al instante. Observad la siguiente imagen:



Lo peor de todo es que podéis echar a perder el mantel de vuestra casa, así que mucho cuidado. Bueno, nos consolaremos pensando que éste es nuestro primer experimento con la caseína, y estoy seguro de que vosotros lo haréis mucho mejor, al menos eso espero, pues necesitamos que fabriquéis esa proteína para que podamos almacenarla y, con la ayuda de una turbomanguera gigante, apuntar directamente al objetivo, que no es otro que esas cucarachas gigantes. Gracias a nuestro aliados, los Boogie-boo, ya sabemos que éste será el talón de Aquiles de nuestros invasores.

Tic...Tac...Tic...Tac...El tiempo apremia. ¡Manos a la obra! Tenemos menos de 24 horas para cargar el camión cisterna. Daos prisa.

Ermmm...Esto...¿Puedo flashearos cuando acabe todo esto? El Departamento de Confidencialidad no quiere que nadie revele este secreto en caso de que los Plutones os hagan prisioneros. Si se descubre, perderemos nuestra oportunidad de oro para acabar con el enemigo, y con ello las esperanzas depositadas en la raza humana.

Para terminar, por si a alguno de vosotros tiene el cerebro demasiado flasheado, os muestro un vídeo tutorial en el que  una de mis colegas del Departamento Científico, Alicia Espárrago, la artífice de este blog, os resume cada uno de los pasos:


¡Suerte a todos! ¡¡ALEA IACTA EST!!
























martes, 10 de mayo de 2016

UN NUEVO EXPERIMENTO CIENTÍFICO: EL CLAVO GALVANIZADO


Homer: ¡Ops! Vaya chicos, me habéis pillado. Bueno, antes nada, soy Homer, Homer Simpson. Ya me conocéis, así que os voy a ahorrar las presentaciones innecesarias, molestas y absurdas. Ejjem. ¡Bien! Estaba intentando buscarle la utilidad a este pequeño clavo...Quieto pequeño...quieeeeetoooo...¡Maldita sea, Bart, cuántas veces tengo que decirte que te estés quietoooooo, maldito gusanoooo! ¡Te voy a...! ¡Arrrgggggggg!



Bart: ¡Vale, vale, tío! Haya paz...Escucha papá, tengo una cámara de vídeo, ¿recuerdas que me la regalaste por mi noveno cumpleaños? Pues resulta, señor Homer, que me está rondando en la pajarera una idea dabuten para hacernos ricos y famosos dándole utilidad a este clavo insignificante. ¿Qué pasa, papaíto, mi querido zampabollos, quieres hacerte rico y disfrutar de  una temporada en Hawái engullendo rosquillas con chocolate en Honolulu? ¡Pues mueve ese culito seboso y pongámonos manos a la obra! 


Bart: ¿Pero qué...? ¿Por qué pones esa cara tan...? Hooomer...Hoooomer...¡Despierta papá! ¡Tenemos que hacer el experimento!







Homer: ¡Mosquis! Es verdad, empecemos de una vez. Adelante, hijo, sigue.








Bart: Está bien: atiende y escucha, papaíto, porque hoy seré yo el profe. ¿Me sigues?





Bart: Ejjjem...Bueno, supongamos que sí...En fin, colegas, disculpad a mi padre, tiene estos lapsus muy a menudo, pero luego vuelve en sí. 

Bart: Le pasa igual que a la tele de casa...Ya me entendéis. Enciende...apaga,enciende...apaga...enciende...apaga...encien...de...apa...ga. ¿Qué pasa ahora...? ¿Qué...?


Homer: ¡¡¡Arrrggg!!!¡Ya te enseñaré yo a ti a mantener esa boca cerrada! ¡Ven aquí! ¡¡¡Serás...!!!


Bart: ¡¡¡Ay, ya vale!!! No quería decirlo al pie de la letra. ¡Lo juro! Joooo.
Bart:  Bueno, echemos pelillos a la mar...Aquí no ha pasado nada, chicos. Una pequeña pelea doméstica sin importancia. Sucede a menudo. ¡De acuerdo, vayamos de una vez al grano! Voy a enseñaros lo que aprendí en clase de ciencias con la señorita Edna Krabappel. Además, lo recuerdo muy bien porque precisamente ese día estábamos en el laboratorio y y salió una chispita que...Bueno, sin entrar en detalles...Os mostraré los pasos que debéis seguir, tú también, Homer, para haceros ricos con este experimento casero. Todo lo que necesitamos es sal, un clavo (al que le daremos un uso más inteligente y práctico que el que había ingeniado mi señor lumbreras, shhhh, que no me escuche), vinagre, un frasco de vidrio y unas cuantas monedas de cobre que tenéis en los bolsillos, centimillos vamos, que tampoco os vais a arruinar, carajo. 

Una vez que lo tengáis todo, seguid los pasos que se detallan a continuación:


Paso 1: introduciremos las monedas en el frasco y añadiremos después un par de cucharadas de sal y vinagre. Aquí podéis ver las fotografías  que tomé durante el proceso:








Paso 2: ¡ahora cerraremos el frasco y lo agitaremos con mucho salero y ritmo!


Papáaaaaaa... Agitamos el frasco, no a mamá. Ainnnshshsh.



Homer: ¡Está bien, hijo! Continúa...


Bien, gracias, papaíto. Como iba diciendo, una vez agitado el frasco, el fraaaaasco, dejamos que el líquido repose unos 30 minutos. Lo que veréis será una reacción súper reacción química entre el ácido del vinagre, que es bastante fuerte, junto con el carácter abrasivo de la sal, elementos que serán los responsables de limpiar bien esas monedas tan manoseadas que tenéis en los bolsillos en la hora del recreo.


Paso 3: y...¡tachán, tachán! Ahora tenemos que extraer las monedas del frasco y comprobaremos lo limpias que han quedado, casi tanto o más que una patena. ¡Ya casi somos alquimistas!



Paso 4: ahora, con el líquido de las monedas, introducimos un clavo de hierro que esté limpio y lo dejamos varias horas.


Paso 5: tic...tac...tic...tac. ¿Ya han pasado las dos horas? Pues entonces retiraremos el clavo y comprobaremos que éste se ha teñido del color del cobre; en otras palabras, se ha oxidado al entrar en contacto con el líquido de las monedas. ¡La reacción química se ha producido! ¡Lo hemos conseguido! ¡Observad y comparad esta foto con la anterior! ¿No es dabuten?


Bart: ¡Eh, papá! ¿Lo has visto? ¿Papá? ¿Pa...pá?



Homer: ZZZZZZzzzzzzzzzzzzzzz.....


CONTINUARÁ...