lunes, 30 de noviembre de 2015

LA ASOMBROSA VISITA DE MARIE CURIE.





¡BIENVENIDOS, MIS QUERIDOS ALUMNOS BLOGUEROS!



  Bueno, supongo que la mayoría de vosotros ya me conocéis. Mi  nombre es Marie Curie, y hoy he venido desde el pasado a impartiros una clase sobre un curioso experimento científico que yo misma practiqué con mis alumnos hace ya muuuchos años, más de los que vosotros tenéis, creedme, en la conocidísima universidad parisina de La Sorbona. Sé que muchos de vosotros pensaréis que, seguramente yo soy más bien un fantasma inexistente que viene a daros una charla aburrida sobre ciencias o física. Pues bien, os confesaré mi pequeño secreto si prometéis guardármelo fielmente como vuestro más preciado tesoro. Si hoy estoy aquí, es porque un profesor llamado Martín, a quien también, como a vosotros, un buen día, enseñé y transmití valiosas lecciones, me pidió que viniese en persona a echaros un mano con un experimento de Física, pues, me comentó, sus alumnos, estaban empezando a sentir grandes inquietudes con dichas pruebas. Así fue como, una tarde en que estaba atareada apuntando mis nuevos descubrimientos, Martín, a quien conocí en uno de esos viajes temporales, llegó en una especie de máquina que consistía en una pequeña cabina multicolor con tres asientos y pared acolchada, que, por momentos, parecía una máquina celestial venida del más allá, lo cual no era otra cosa que el futuro, quiero decir, vuestro presente.  
  
 Seguramente a vosotros os sorprenda algo tan novelesco, pero yo ya estaba más que acostumbrada a estas idas y venidas del profesor para consultarme algunas de sus observaciones y dudas. Y cuál fue mi sorpresa al descubrir que allí dentro estaba mi discípulo Martín, acompañado por un extraño científico entrado en años, al que recordaba con una larga y poblada barba canosa de la que ahora quedaban tan solo unas gruesas patillas. Según me explicó, estaba colaborando con el profesor Martín en la elaboración de un blog, palabra, por cierto, que para mí, al principio, era completamente extraña y sin sentido, y que, según intuí más tarde, y me explicaron los dos científicos, formaba parte de uno de los grandes artilugios que el ser humano del futuro había ingeniado. ¡Cómo hubiera deseado tener una de estas herramientas para mis experimentos diarios!



 Al final, seducida por aquella gran idea, accedí sin obstáculos a impartir esta clase y me adentré en aquella cápsula (eso sí, un poco incómoda, todo hay que decirlo), que desapareció en la nada a través de un torbellino parecido al que absorbió a Dorothy Gale en El mago de Oz. ¡Qué emocionante! Pero...sshhhhh, recordad que nadie conoce este secreto.

  Muy bien, una vez hechas las presentaciones y explicado el motivo inesperado de mi visita, tenemos que ponernos manos a la obra. Tranquilos, os lo iré explicando paso a paso para que podáis seguirme más fácilmente¡Vamos allá!

  Antes de nada, prepararemos una disolución de sal común (la de cocinar nos vale) en un recipiente con agua, por ejemplo, un vaso de la siguiente forma:

1. En primer lugar, pesaremos una cantidad aproximada de 14,2 gramos de sal en una báscula, que podréis encontrar en vuestra farmacia más cercana.



2. A continuación, disolvemos la sal en 80 cc. de agua, procurando remover bien la mezcla con una cucharita, para que ésta se disuelva mejor:




3.  Continuamos llenando el vaso con el agua hasta llegar hasta los 100 cc.



4. Ahora pesaremos la disolución que hemos obtenido, que será de 109.0 gramos aproximadamente. No obstante, y según he podido comprobar durante el experimento, uno de los inconvenientes del vaso de precipitados a la hora de pesar la mezcla es su peso, pues hay básculas, como ésta que aparece en la foto, que no permiten medir más allá de 150 gramos; de ahí que, cuando me dispuse a pesar la disolución de agua y sal en el último de los pasos que aquí os describo, la báscula me diera error, pues estaba sobrepasando el límite máximo de peso, y, lo más importante, el resultado final no era el correcto. Por eso decidí que lo mejor sería usar un vaso de plástico de tamaño medio, ya que al ser más ligero no nos impide calcular el peso correcto. ¡Ahora sí que hemos finalizado satisfactoriamente nuestro experimento, chicos!



Una vez que hayamos seguido estos pasos, pasaremos a las formulaciones propiamente dichas:


Concentración de disoluciones                               Cantidad de soluto    Concentración                       Cant...
 Como podéis observar, tenemos que guiarnos por dos operaciones: la primera, que aparece en el cuadro que presentamos justo arriba, nos servirá para calcular la concentración de la disolución en gramos por litro:


                                                             

Así pues, la primera fórmula consistiría en dividir los gramos de soluto (es decir, los 14,2 gramos de sal) entre los litros de disolución ( que, según hemos explicado, serían 0,1 l), lo que nos daría un resultado de 142 g/l.


Ahora bien, si lo que queremos es calcular el tanto por ciento en masa de la disolución, lo que tenemos que hacer es acudir a la segunda fórmula que os he mostrado más arriba, que consiste en dividir la masa del soluto que hemos pesado en la báscula (es decir, los 14,2 gramos) entre la masa de la disolución (109 gramos) y multiplicar el resultado por cien, lo que nos daría el siguiente porcentaje: 15,02%.

Bueno, mis queridos alumnos, espero que hayáis entendido mi explicación y os haya resultado amena y entretenida. Volveré con vosotros cuando vuestro profesor así me lo pida, y lo haré encantada. Y recordad que ...



Bueno, chicos, tengo que regresar a mi época y continuar con mis clases en La Sorbona y en el laboratorio. Martín ya me está preparando la máquina del tiempo. No me olvidéis, porque yo siempre os recordaré como buenos exploradores de la ciencia, a pesar de que ésta siempre contenga algún que otro secretillo que solo muy pocos conocen. Vosotros ya conocéis uno.

Un saludo a todos.




lunes, 23 de noviembre de 2015

MEZCLA A TU PRUDENCIA UN GRANO DE LOCURA.


¡Bienvenidos, blogueros!


 Hoy nos dedicaremos a hacer un pequeño repaso por el concepto de mezcla. Como sabéis, la materia está compuesta por diferentes moléculas, dos o más sustancias puras (a esto lo llamaremos MEZCLA) o bien por moléculas que son iguales entre sí (en cuyo caso estaríamos hablando del concepto de COMPUESTO QUÍMICO o SUSTANCIA QUÍMICAMENTE PURA).

 Os pondré un par de ejemplos de nuestra vida cotidiana para que lo comprendáis mejor: 

Ejemplo de MEZCLA: el aire que respiramos diariamente está formado, en su mayoría, por moléculas de nitrógeno y moléculas de oxígeno. Estas dos sustancias son completamente diferentes e independientes. Los enlaces químicos que se unen en este caso son de átomos de oxígeno con otros átomos de oxígeno, y los átomos de nitrógeno, con otros átomos de nitrógeno. Por eso decimos que EL AIRE es una MEZCLA. Son de diferentes tipos:

A. MEZCLAS HOMOGÉNEAS: mezclas cuyos componentes se encuentran distribuidos de manera uniforme y no se pueden distinguir a simple vista.


B. MEZCLAS HETEROGÉNEAS:  sus componentes pueden observarse a simple vista o con instrumentos de laboratorio, pues estos se distribuyen de forma irregular o en fases.



Dado que, entre el nitrógeno (N2) y el oxígeno (02) no hay enlace químico, los podemos separar mediante procedimientos físicos (cambios de estado, cromatografía, solubilidad...).


Recuerda que la mayor parte de las cosas materiales son mezclas. Por ejemplo, una limonada es una mezcla de azúcar, agua y jugo de limón:

                                                    

En cuanto a las SUSTANCIAS PURAS, recordemos que éstas se clasifican en:

A. ELEMENTOS: cuando están formadas por un solo elemento. Se representan mediante símbolos en la tabla periódica:



B. COMPUESTOS: cuando están formadas por dos o más elementos. Se representan mediante fórmulas químicas que nos muestran los tipos de elementos químicos que los componen:






Ejemplo de COMPUESTO QUÍMICO: es la unión de dos o más sustancias (átomos) puras. El AGUA, por ejemplo, es un COMPUESTO QUÍMICO, pues cada átomo de oxígeno está formado por dos de hidrógeno. Por esta razón, si queremos separarlos, es preciso aportar energía que rompa primero el enlace. ¿Lo veis? 

El siguiente vídeo os mostrará de forma más ilustrativa la diferencia entre mezclas homogéneas y heterogéneas, junto con sus métodos de separación.





Podéis continuar profundizando en estos aspectos a través del siguiente enlace, en el que nos hemos basado para realizar este pequeño trabajo: 



Bueno, esto ha sido todo por hoy. Espero hayáis comprendido bien cada uno de los conceptos y enseñanzas.

¡HASTA LA VISTA, BLOGUEROS!




jueves, 19 de noviembre de 2015

LA SAL DE LA EXISTENCIA.

¡Bienvenidos, mis queridos blogeros, a este espacio de descubrimientos y diversión! 

Hoy quiero que os mostréis especialmente "salerosos" en este breve espacio que nos ocupa...Bueno, sin llegar a tanto como esto, por favor. Centrémonos, ¿de acuerdo? Un poco de seriedad se agradece. Ejjjem...



Ejjjem... Como os iba diciendo, hoy vamos a dedicar unas líneas a hablar sobre la sal, esa sustancia blanca, cristalina, considerada "el oro blanco" de la Antigüedad, según Julio Martínez Maganto en su estudio El mediterráneo: la cultura del mar y la sal, documento al que podréis acceder a través de la siguiente página:


Esta sustancia, nutriente esencial para el organismo, presente en el mar y en nuestras lágrimas, es definida por Cicerón como "la sal de la amistad". Fueron muchas las civilizaciones que la emplearon como conservante (nuestras abuelas conocieron muy bien su uso). Incluso si rastreamos en algunas palabras y expresiones de nuestra lengua, descubrimos vocablos como "salario", es decir, la remuneración por nuestro trabajo, si bien en su origen se refería a las cantidades de sal que eran asignadas a las tropas. A lo largo de la historia, han sido muchas las técnicas utilizadas para su extracción, y la industria de salazón sigue ocupando, a día de hoy, un lugar muy importante en los mercados de todo el mundo. 

Ahora bien, ¿cómo podemos obtener la sal que empleamos diariamente en nuestra cocina, por ejemplo? Hay tres formas principales de hacerlo. Las podéis encontrar de forma más detallada pinchando sobre el siguiente enlace:


Nosotros las resumiremos a continuación:

1. Una de las técnicas más conocidas para obtenerla es a partir del AGUA DE MAR, fuente inagotable de sal. Cada litro de agua de mar puede tener, aproximadamente, 30 gramos de sal .Siguiendo este cálculo, podemos afirmar, que, en nuestro planeta, podríamos llegar a tener unos 47. 000 billones de toneladas de sal como reservas mundiales a partir del agua del mar. ¿Os imagináis?

                                  
En Hambantota, en la costa sudeste de Ceilán, los indígenas utilizan las manos para recoger sal común, inofensivo compuesto formado por la explosiva unión del corrosivo sodio y del venenoso gas cloro. Aquí la sal se obtiene dejando que el agua del mar se evapore en lagunas marinas.


2. Las SALINAS constituyen también una fuente muy rica de extracción de la sal. Se trata de superficies poco profundas, cercanas al mar. Es precisamente esa escasa profundidad la que permite que, al entrar el agua del mar en estos espacios, ésta se vaya evaporando con el sol y el viento, dejando una serie de sedimentos, que, se va amontonando para que se seque y se refina más tarde a fin de poder ser envasada y distribuida. Así de fácil.


        Salina del manantial de Valle Salado de Añana (España)

3. Los MANANTIALES son, a su vez, centros muy ricos donde podemos extraer la sal. Se conducen mediante acueductos a cuyo paso de van poblando de sal hasta llegar a zonas artificiales de poca profundidad. ¡Un dato importante! Esta forma de extracción no necesita refinación, como en los casos anteriores, debido a la pureza del agua de estas zonas. Una vez realizado el proceso de secado, la sal se envasa y distribuye para su posterior comercialización.



4. ¿Sabías que a través de los MINERALES también podemos extraer la sal? Algunos yacimientos minerales (principalmente, de sal gema o halita) se pulverizan para obtener este nutriente. Una vez pulverizado, se refina antes del envase final. ¿Veis qué sencillo?



Mina de sal en Cardona (Barcelona)


¿Sabías que...?

...países como Polonia, España, China y Estados Unidos son los mayores productores de sal en el mundo? 

Si pincháis sobre la imagen, podréis contemplar mejor el mapa.

     

En nuestro país, tenemos numerosas zonas de extracción de sal. Entre las más importantes se encuentran las SALINAS DEL CABO DE GATA, las de MATA Y TORREVIEJA (Alicante), O LAS DE JANUBIO (Lanzarote).


¿Os habéis preguntado alguna vez qué es la sal yodada?


Se trata de un tipo de sal artificial que contiene todo añadido en forma de sal. El yodo fue añadido a la sal en el año 1924 por los gobiernos debido a la fuerte creciente necesidad de regular los trastornos ocasionados por el déficit de yodo. Un dato curioso: en los años veinte, en Estados Unidos, los grandes lagos y la región del noroeste del Pacífico del país se vio atacada por la enfermedad del bocio (mal funcionamiento de la glándula tiroidea), debido, esencialmente, a que los niveles de yodo del suelo eran muy bajos y las personas no consumían alimentos ricos en este nutriente. De hecho, son muchas las enfermedades que puede generar la carencia de yodo, aparte del bocio (demencia, efectos graves sobre el feto durante la etapa de gestación...). De ahí que la sal yodada se haya convertido desde entonces en un complemento alimenticio y nutritivo básicos.



Así que ya sabéis chicos, una pequeña cantidad de sal yodada puede ayudarnos en nuestra dieta, siempre que nos alimentemos adecuadamente, claro.

Por último, existen determinados minerales, como la silvina, que puede cristalizarse al igual que la sal, y utilizarse como un sucedáneo. Es, al igual que aquélla, una sustancia soluble en agua. Además, el cloruro de potasio, componente principal de la silvina tiene, entre sus usos, aplicaciones científicas y en el procesamiento de alimentos.

                                                 
Bueno chicos, esto es todo por hoy. Continuaremos el siguiente capítulo con un experimento muy interesante sobre la cristalización de la sal. Os dejamos con un vídeo ilustrativo. Espero que os guste. ¡Hasta la vista, blogueros!


lunes, 2 de noviembre de 2015

MI SEGUNDO GRAN EXPERIMENTO CIENTÍFICO: LA PRUEBA DE LA BELLOTA.

¡Bienvenidos blogueros!


 Os presento a mi nueva mascota de laboratorio. Supongo que ya la conocéis. Su nombre es Scrat, y ha venido desde la gran pantalla para ayudarnos en nuestro nuevo experimento científico, y nos ha pedido un pequeño favor: debemos medir la densidad, masa y volumen de esta bellota. Pero, ¡atención! No se trata de una bellota cualquiera. ¡Es el primer fruto del deshielo! Scrat nos la ha prestado como parte de su tesoro más querido para que investiguemos sus propiedades, y éste será nuestro objetivo en este espacio. ¿Qué os parece? ¡Manos a la obra!




¡Scrat! ¡¡¡Hay que  medir la masa y el volumen de la bellota, así que haz el favor de centrarte de una vez!!!!

Y ahora...¡Vamos a trabajar de verdad! Ejjem...(Perdonad, desde el deshielo se ha vuelto un poco cariñoso, jeje).



1. Antes de nada, nuestro primer paso será hallar la masa de la bellota, es decir, la cantidad de materia que contiene. Para poder determinar su masa, hemos pesado la bellota en una balanza digital farmacéutica, y éste ha sido el resultado:



Como podéis ver, la masa de la bellota es de 6,667 gramos. ¡Así de sencillo!

2. La siguiente operación consiste en calcular el volumen de la bellota, es decir, el espacio que ésta ocupa dentro de una probeta graduada. Para  ello, procederíamos del siguiente modo: 

a) Colocamos la probeta con un determinado nivel de líquido.



b) Introducimos la bellota dentro de la probeta para observar el volumen que ésta ocupa y comprobar cuánto sube el agua. Al sumergir la bellota en el agua, hemos observado que su volumen era de 5 cm. cúbicos.



c) Restamos al volumen final obtenido en la probeta el volumen inicial.

Volumen final (35 cm. cúbicos) - Volumen inicial ( 30 cm. cúbicos)= 5 cm. cúbicos.

En las dos fotos anteriores podéis observar la marca de nivel a la que llega el agua dentro del recipiente antes y después de introducir la bellota. A continuación, os muestro una imagen en la que podréis comparar más fácilmente esta operación y de una forma más visual.



3. Por último, dividimos la masa de la bellota entre su volumen. Este valor corresponde a la densidad, y se expresa en unidades de masa por unidades de volumen. En nuestro caso, tenemos una bellota con una masa de 6,6 gramos que ocupa un volumen de 5 cm. cúbicos. Para hallar la densidad, dividimos la masa entre el volumen mediante la siguiente operación: 


      Masa (6,6 gramos)                             Volumen (5 cm. cúbicos)


Densidad=  1, 33 gr/cm. cúbicos



 Espero que os haya sido de ayuda este sencillo experimento. Por lo menos Scrat parece bastante satisfecho, porque se ha portado bastante bien y no ha hecho ninguna trastada. Scrat...¿Scrat?...¿Se puede saber dónde estás? ¡Ehhhh! ¿Adónde crees que vas con mi bellota! ¡Vuelve aquí sabandija asquerosa!



En fin...Se acabaron las mascotas por hoy...



¡Hasta la vista blogueros!