¡Hola chicos!
¿Qué hay? Hoy tengo una misión especial para vosotros. Veréis, mi colega, que acaba de tomarse un pequeño descanso para ir a comprar una cheese burger con doble de mostaza y esas chorradas americanas típicas de las películas de acción, me ha pedido que os limpie un pelín el cerebro de todo el serrín acumulado a lo largo del día, así que mi primera tarea será pediros que miréis fijamente a la luz. Una...dos...tres...y....¡PLAFFF!
¿Qué tal? Ahora pensaréis como verdaderos científicos, y creedme, esto es muy importante para convertiros en auténticos profesionales de la policía secreta , a la que yo pertenezco. ¿Sabéis? Hace poco pesqué a un tipo de lo más excétrinco. Le daba por escalar paredes como una tarántula cachonda. Pues bien, el muy tarado, después de saltar como un antílope desde un balcón de más de noventa pisos, cayó en mitad de la calzada, se acercó a mí, y me entregó un papel baboseado en el que pude leer, en clave alienígena (que aquí no explicaré, pues esa asignatura la imparte un colega del Departamento de lenguas alienígenas y terrícolas, que es un muermo) el siguiente mensaje:
" LA CASEÍNA. EL NUEVO EXPERIMENTO SECRETO DE LOS BOOGIE-BOO PARA ACABAR CON LA NUEVA ESPECIE DE LOS PLUTONES"
¡La leche! ¿Es que estos retardados de los alienígenas no pueden presentarse amablemente, como los terrícolas? ¡Por supuesto que no! Ellos tienen que lanzarse desde los tejados de Nueva York para llamar la atención y decir "¡Ehhh! Mirad, soy un apestoso extraterrestre y vengo a devorar vuestros lindos traseros terrícolas"! Y ya no hablemos de utilizar las puertas, porque entran como Pedro por su casa, por la ventana, a través del aire acondicionado, se meten en la tele y captan tus señales, controlan la vitrocerámica, el microondas...
Bueno, iré al grano: resulta que el Departamento de Investigaciones Alienígenas citó a este tipo porque, al parecer, había descubierto el modo de exterminar a una de las especies alienígenas más destructivas e invasivas de nuestro planeta: los Plutones. Pues bien, los Boogie-boo mostraron su interés en colaborar con la policía científica para acabar con ellos de un plumazo (ambas especies quieren dominar la faz de la Tierra, así que nada les interesa más que quitarse de en medio a uno de sus vecinos molestos). El caso es que se pusieron en contacto con nosotros para facilitarnos información sobre los Plutones, esas asquerosas cucarachas que todo lo comen, hasta un humano entero, sin masticar y digerir. Yo una vez estuve dentro y...Bueno, me ahorro esta parte, ¿os parece?
La razón por la que hoy acepté venir aquí es porque necesito vuestra ayuda para que podamos fabricar entre todos la cantidad de caseína suficiente como para matar a ese ejército de cucarachas extraterrestres. Además, no tenéis otra opción, ya que, desde donde yo vengo (año 2090), los alienígenas querrán invadir nuestro planeta utilizando diversas estrategias (las armas químicas y biológicas pasaron a la historia).
Nuestro trabajo, queridos investigadores científicos, será seguir las instrucciones que voy a explicar a continuación. ¿Alguna pregunta?
Y quien la tenga, que cierre el pico y espere hasta el final, no quiero aguafiestas en este experimento. Recordad que el futuro de la especie humana está en peligro de extinción. Todo depende de vuestra ayuda. Si por casualidad alguien piensa en abortar la misión, les ruego que muevan sus preciosos traseros y salgan directamente por la puerta. No queremos a cobardes gallinas y desertores en este laboratorio.
Atended y escuchad las siguientes órdenes:
Para realizar este experimento necesitaremos una lata de Coca-Cola un cartón de leche y un vaso, a ser posible, de caña. Buscad en vuestras neveras, y sobre todo, y muy importante, no bebáis, bajo ningún concepto. Alejad la gula y acallad vuestros estómagos por una vez en vuestras miserables vidas.
A continuación, verted la lata de Coca-Cola en el vaso y llenadlo un poquito más de la mitad. Después, agregad medio vaso de leche.
Para terminar, dejamos reposar ambos líquidos y esperaremos unas cuatro horas, aproximadamente. Una vez transcurrido ese tiempo, veremos cómo en la base del recipiente se ha formado un poso de color marrón esponjoso, parecido al café con leche. Ésa es la caseína, una proteína propia de la leche que, al entrar en contacto con el ácido de la Coca-Cola, produce esa reacción. Puede suceder, como en nuestro laboratorio del Departamento, que dicha reacción tenga lugar al instante. Observad la siguiente imagen:
Nuestro trabajo, queridos investigadores científicos, será seguir las instrucciones que voy a explicar a continuación. ¿Alguna pregunta?
Y quien la tenga, que cierre el pico y espere hasta el final, no quiero aguafiestas en este experimento. Recordad que el futuro de la especie humana está en peligro de extinción. Todo depende de vuestra ayuda. Si por casualidad alguien piensa en abortar la misión, les ruego que muevan sus preciosos traseros y salgan directamente por la puerta. No queremos a cobardes gallinas y desertores en este laboratorio.
Atended y escuchad las siguientes órdenes:
Para realizar este experimento necesitaremos una lata de Coca-Cola un cartón de leche y un vaso, a ser posible, de caña. Buscad en vuestras neveras, y sobre todo, y muy importante, no bebáis, bajo ningún concepto. Alejad la gula y acallad vuestros estómagos por una vez en vuestras miserables vidas.
Para terminar, dejamos reposar ambos líquidos y esperaremos unas cuatro horas, aproximadamente. Una vez transcurrido ese tiempo, veremos cómo en la base del recipiente se ha formado un poso de color marrón esponjoso, parecido al café con leche. Ésa es la caseína, una proteína propia de la leche que, al entrar en contacto con el ácido de la Coca-Cola, produce esa reacción. Puede suceder, como en nuestro laboratorio del Departamento, que dicha reacción tenga lugar al instante. Observad la siguiente imagen:
Lo peor de todo es que podéis echar a perder el mantel de vuestra casa, así que mucho cuidado. Bueno, nos consolaremos pensando que éste es nuestro primer experimento con la caseína, y estoy seguro de que vosotros lo haréis mucho mejor, al menos eso espero, pues necesitamos que fabriquéis esa proteína para que podamos almacenarla y, con la ayuda de una turbomanguera gigante, apuntar directamente al objetivo, que no es otro que esas cucarachas gigantes. Gracias a nuestro aliados, los Boogie-boo, ya sabemos que éste será el talón de Aquiles de nuestros invasores.
Tic...Tac...Tic...Tac...El tiempo apremia. ¡Manos a la obra! Tenemos menos de 24 horas para cargar el camión cisterna. Daos prisa.
Ermmm...Esto...¿Puedo flashearos cuando acabe todo esto? El Departamento de Confidencialidad no quiere que nadie revele este secreto en caso de que los Plutones os hagan prisioneros. Si se descubre, perderemos nuestra oportunidad de oro para acabar con el enemigo, y con ello las esperanzas depositadas en la raza humana.
Para terminar, por si a alguno de vosotros tiene el cerebro demasiado flasheado, os muestro un vídeo tutorial en el que una de mis colegas del Departamento Científico, Alicia Espárrago, la artífice de este blog, os resume cada uno de los pasos:
¡Suerte a todos! ¡¡ALEA IACTA EST!!
Un placer, como siempre. Me gustan tus historias. Gracias
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