domingo, 27 de marzo de 2016

LA RADIESTESIA, ¿ARTE O CIENCIA?


¡Bienvenidos a todos!

 Nuestra entrada hoy será un pequeño homenaje a todos los zahoríes de la tierra que luchan por continuar una tradición que actualmente está en peligro de extinción: la radiestesia Seguramente algunos de vosotros os preguntaréis qué es un zahorí y qué tiene que ver con esa ciencia o arte (pues no hay un acuerdo generalizado como tal) con la que hemos titulado este breve capítulo de nuestro blog.


Pues bien, un zahorí es un maestro del agua (por cierto, muy recomendable esta película, que también lleva este título por ser el protagonista, interpretado por Rusell Crowe, un padre con gran coraje que decide partir al país turco para buscar a sus hijos, supuestamente fallecidos, en el frente durante la Primera Guerra Mundial, y cuyo oficio es precisamente buscar agua). 



Como os iba explicando, los zahoríes son considerados maestros del agua debido a su capacidad (algunos lo consideran un auténtico don) para buscar corrientes de agua subterránea en lugares donde, aparentemente, es difícil su presencia.

En entradas anteriores, con motivo del Día Mundial del Agua, estuvimos comentando y analizando una serie de vídeos en los que se ponían de manifiesto las enormes dificultades a las que tienen que hacer frente algunas poblaciones para encontrar este recurso y abastecer a sus habitantes. No miento si os digo que esta idea de la radiestesia vino como un rayo a mi mente al ver precisamente la película que lleva dicho título. Me quedé fascinada al observar cómo el protagonista era capaz de encontrar agua en una zona tan inhóspita y desértica como aquel valle, sin más ayuda que  la de unas rudimentarias varillas metálicas que, gracias a su magnetismo, pueden percibir las radiaciones de cualquier cuerpo, independientemente del estado en que se encuentre.

Esta técnica comenzó a emplearse en Alemania hacia el siglo XV. Mientras algunos lo percibían como un acto de brujería (Lutero), otros lo consideraban como un recurso imprescindible para encontrar metales. En cualquier caso, siempre se consideró como una pseudociencia o una especie de ciencia  detrás de la cual se escondía algún tipo de magia oculta.

Hoy tiene diversos usos (desde la medicina alternativa y el diagnóstico de enfermedades, hasta la búsqueda de puntos de energía, localización de personas...), si bien su influencia está más localizada en las zonas rurales. 

En cualquier caso, e independientemente de sus resultados (a veces positivos, a veces no tan efectivos), no deja de llamar la atención el hecho de que su práctica se haya mantenido viva hasta la época actual. 

Para que os hagáis una idea de cómo funciona todo esto de la radiestesia, observad el experimento del siguiente vídeo, pues no os dejará indiferentes (¡os lo aseguro!):


Y finalmente, os recomiendo la lectura del siguiente reportaje publicado en el diario Hoy sobre este fenómeno, tan poco usual, que se resiste a desaparecer, basado en las experiencias de primera mano de un zahorí extremeño. Espero que os guste. ¡Saludos!







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